No es la rabia una emoción negativa, es tan sólo una emoción. Lo sientes y ya, al igual que la pena, la alegría, la desazón, el deseo. Lo negativo puede ser la forma en que lo canalizas. Acabo de estar a punto de hacer una estupidez inmensa, escribiendo un e-mail incorrecto, a la persona incorrecta, en el momento incorrecto, con la intensidad de rabia incorrecta, es decir, contraviniendo todo aquello que dijo hace siglos Aristóteles acerca de esta emoción.
Qué difícil se me hace controlar la rabia, en especial cuando proviene de una herida que en mi estado conciente podría sanarla en segundos pero mi inconciente la mantiene abierta recordando momentos, frases, miradas, gritos y demases.
Termino este post con un verso de Benedetti, sobre aquél que quería olvidar, como quien deja un juego: "...y comprendió que su cuerpo era su único y verdadero portavoz". Mi cuerpo, mis emociones.
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