Dos dias antes que muera "Gabo", el premio Nobel de Literatura, habia comenzado a leer 100 años de Soledad. Dos cosas me motivaron a inciar de una vez por todas esta aventura: el eterno recuerdo de la bella francesa que conocí en Irlanda cuya admiración por el libro repetía de cuando en cuando, y la publicitada enfermedad de García Márquez que hacía poco más de una semana publicaron los diarios. De alguna forma, presentí que se nos iba Gabo y ya era hora de leerlo.
Encontré el libro en una tienda de Puerto Montt luego de ver una película de Disney con mi hija. Inicialmente me inclinaba por "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, pero al ver el libro que cuenta la historia de Macondo me decidí por el segundo. He seleccionado 2 cortas oraciones del libro que encuentro maravillosas. Pasto para los psicologos.
- ..., pero mientras más revolcaba su imagen en el muladar de la guerra, más la guerra se parecía a Amaranta.
- Amaranta pensaba en Rebeca, porque la soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón.
La primera oración me parece una bella imagen de algo que he intentado decenas de veces: hacer algo simplemente por olvidar a alguien. La mayor parte del tiempo es inútil, y la actividad elegida termina pareciéndose a la persona que quieres olvidar.
La segunda frase se conecta con la primera, la falta de control que tenemos de nuestros propios pensamientos o recuerdos. Querer forzar ciertos recuerdos por sobre otros es algo difícil de hacer; es la soledad quien termina haciendo dicha elección.
Encontré el libro en una tienda de Puerto Montt luego de ver una película de Disney con mi hija. Inicialmente me inclinaba por "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, pero al ver el libro que cuenta la historia de Macondo me decidí por el segundo. He seleccionado 2 cortas oraciones del libro que encuentro maravillosas. Pasto para los psicologos.
- ..., pero mientras más revolcaba su imagen en el muladar de la guerra, más la guerra se parecía a Amaranta.
- Amaranta pensaba en Rebeca, porque la soledad le había seleccionado los recuerdos, y había incinerado los entorpecedores montones de basura nostálgica que la vida había acumulado en su corazón.
La primera oración me parece una bella imagen de algo que he intentado decenas de veces: hacer algo simplemente por olvidar a alguien. La mayor parte del tiempo es inútil, y la actividad elegida termina pareciéndose a la persona que quieres olvidar.
La segunda frase se conecta con la primera, la falta de control que tenemos de nuestros propios pensamientos o recuerdos. Querer forzar ciertos recuerdos por sobre otros es algo difícil de hacer; es la soledad quien termina haciendo dicha elección.
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